Gloria a ti, Señor Dios,
Rey del universo, y toda gloria
para tu nombre.
Te glorifico y te agradezco
por haberme llamado a
proclamar tu palabra a tu
gente querida.
Abre los corazones de los que
te glorifican con nosotros,
para que oigan tu voz
cuando leo.
No dejes que nada en mi
vida o manera de ser
moleste tu gente, o que cierre
sus corazones a la acción de
tu espírutu.
Limpia mi corazón y mi
mente,
y abre mis labios para
proclamar tu gloria.
Toda gloria a ti, Padre
Celestial,
a través del Señor, Jesús
en la unión del espíritu
Santo
ahora y siempre.
Amén.